Disfruta de la vida, niño adulto;
deja de creer que nunca es suficiente.
Los mayores no supieron reconocerte,
quizá ellos tampoco fueron reconocidos.
Pero tú ya has crecido.
No vayas en pos de beneplácito.
¡Olvídalo! ahí no reside la felicidad;
tampoco encontrarás en ello prosperidad....
Deja de creer que te va a traer riqueza,
poder, seguridad…
Cuando sueltes el miedo a perder,
todo lo que sueñas podrás tener.
Y serán tus sonrisas abiertas;
compartirás con la alegría de saber
que lo mío es tuyo y que lo tuyo es mío,
y que ambos somos suficientes,
que de niños también lo fuimos,
que aquella mente despreocupada
y aquel corazón juguetón y entregado,
que sabían olvidar las exigencias ajenas,
son los que te hacían sentir seguro,
los mismos que ahora ocultas y disfrazas
por miedo a perder lo que, en realizad, eres,
aquéllo que nadie te puede arrebatar,
y que, cuando lo sientas en ti como luz potente,
como amor que todo lo abarca,
como percepción pura y generosa,
comprenderás…
