Me paso la vida reconduciendo este tren creativo de alta velocidad que circula dentro de mí.
¡Hay que respetar las paradas! Sin embargo, sin pretenderlo, en el momento más insospechado, normalmente en estado de calma, recorre mi cuerpo una sensación de libertad que trae una nueva ilusión, una idea que me eleva, un posible proyecto en el que seré directora, guionista, actriz y espectadora, sin desplazarme del escritorio en el que florecen mis palabras. Eso es lo que está sucediéndome en este momento, mientras escribo esta reflexión y comienzo a dar vida al motivo de ella.